¿Quieres adelgazar tu rostro de forma natural? Muchas personas buscan reducir sus cachetes sin cirugía y la solución está en los ejercicios faciales. Con ellos, no solo mejorarás la apariencia de tu rostro, también tonificarás tus músculos y evitarás que la piel se te cuelgue en el futuro.
Pero antes debemos entender la causas que provocan unas mejillas gruesas: una de ellas es la acumulación de grasa, algunas personas tienen cachetes grandes por una predisposición genética, sus hábitos alimenticios o sobrepeso. Esta hinchazón también puede ser resultado de la retención de líquidos, asociada a un dieta con alto consumo de sales, alcohol y poco ejercicio.
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Ejercicios para reducir los cachetes sin operaciones
Es importante mencionar que estos ejercicios no son una fórmula mágica, pero si los realizas con constancia verás resultados positivos.
La sonrisa hablada
Este ejercicio trabaja con los músculos de las mejillas. Consiste en sonreír ampliamente con la boca abierta mientras abres y cierras la mandíbula. Debes hacerlo por 30 segundos y repetir esta serie al menos tres veces.
El beso giratorio
Aquí vas a apretar tus labios como si fueras a lanzar un beso y comenzarás a girar tu boca, como si quisieras dirigirla hacia tu nariz, después hacia un costado, hacia la barbilla, hacia el otro costado y de vuelta a la nariz. Repite por 30 segundos y haz tres series. Este ejercicio es cansado, pero es una buena forma de reducir cachetes sin cirugía
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El beso sonrisa
En este ejercicio debes sonreír ampliamente y enseñar los dientes, pero sin abrir la boca, después haz como si fueras a mandar un beso con los labios apretados. Intercala las dos posiciones por 30 segundos y repite tres veces.
Ejercicio extra: intenta lanzar 100 besos tronados al aire y por último masajea suavemente labios y mejillas, ¿verdad que sentiste el trabajo en tus cachetes con estos ejercicios? Esta rutina puedes hacerla al menos cuatro veces a la semana. Te aseguro que pronto verás resultados positivos en tus fotos y selfies.
Se pueden reducir los cachetes sin cirugía, pero recuerda que el estrés, la falta de sueño y los cambios hormonales también hacen que tu rostro luzca inflamado. En estos casos la hinchazón debe ser temporal, pero si persiste, lo mejor es acudir con un especialista.
